La figura de Manuel Belgrano trasciende los manuales de historia para posicionarse como un pilar fundamental en la construcción de la identidad argentina. Abogado, economista, periodista, militar y político, Belgrano fue un intelectual ilustrado que comprendió la necesidad de dotar a la joven nación de símbolos propios que unificaran a sus habitantes. Fue así como, a orillas del río Paraná en 1812, en lo que hoy es la ciudad de Rosario, en la región Centro de Argentina, izó por primera vez la bandera celeste y blanca, un estandarte que se convertiría en el emblema de nuestra soberanía.
Su visión no se limitó a la creación de la bandera. Belgrano fue un incansable promotor de la educación pública, la industria nacional y el respeto por los pueblos originarios. Donó sus fortunas para la creación de escuelas y bibliotecas, y defendió la importancia de una economía fuerte e independiente. Su compromiso con la causa patriota fue absoluto, participando activamente en las guerras de independencia y liderando campañas cruciales para la libertad americana, a menudo en condiciones adversas, demostrando una resiliencia y convicción inquebrantables.
En la provincia de Neuquén, este 20 de junio adquiere una significancia particular. En la región Confluencia, la capital neuquina concentra los actos centrales donde cientos de alumnos de cuarto grado de escuelas primarias realizan la emotiva promesa de lealtad a la Bandera. Este juramento no es solo un rito, sino una declaración de compromiso con los principios que Belgrano defendió y que son la base de nuestra convivencia democrática. El gobernador de Neuquén, durante el acto principal, enfatizó la necesidad de seguir el ejemplo de Belgrano en el fomento de la educación y el desarrollo productivo, dos pilares esenciales para el futuro de la provincia y del país.
Asimismo, en otras regiones de Neuquén, como el Norte Neuquino en localidades como Chos Malal o en la Comarca Petrolera en Cutral Co y Plaza Huincul, también se replican las ceremonias. Allí, comunidades enteras, con sus banderas en alto, participan de desfiles y homenajes que resaltan la importancia de Belgrano en la forja de la nación. Es un día para recordar que la Bandera nos representa a todos, sin importar nuestras diferencias, y que su legado nos convoca a trabajar unidos por una Argentina más justa y próspera.
El Día de la Bandera es, en esencia, una invitación a reflexionar sobre nuestro pasado, a valorar los sacrificios de aquellos que nos precedieron y a proyectar un futuro en el que los ideales de Belgrano sigan iluminando el camino de la República Argentina. La bandera, con sus colores, no es solo un trozo de tela, sino la materialización de nuestra historia, nuestra diversidad y nuestra inquebrantable vocación de libertad.