La tensión política en Argentina sumó un nuevo capítulo de alta intensidad con las recientes y lapidarias declaraciones de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner contra la actual ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. La crítica de Kirchner se desató a raíz de la presencia de efectivos de la Policía Federal en su domicilio, una situación que la exmandataria vinculó directamente con el accionar de Bullrich, a quien no dudó en señalar como una figura “nefasta” y “capaz de cualquier cosa”.

En un tono inusualmente duro, Cristina Kirchner apuntó directamente a la trayectoria de Bullrich en el ámbito de la función pública, asociándola con períodos que, según su visión, han provocado “grandes dolores a los argentinos”. “A su casa fue la Policía Federal, comandada por la nefasta, capaz de cualquier cosa, de Patricia Bullrich, que integró los peores gobiernos de Argentina que provocaron grandes dolores a los argentinos”, expresó la expresidenta, refiriéndose explícitamente a las administraciones de Fernando de la Rúa, Mauricio Macri y, ahora, el de Javier Milei.

La síntesis de su acusación se materializó en una frase que rápidamente se viralizó: “Mamita, qué currículum”, en una clara alusión irónica a la participación de Bullrich en gobiernos que, desde la perspectiva kirchnerista, han sido nefastos para el país. Esta lapidaria caracterización de la ministra de Seguridad subraya la profunda grieta política y la animosidad existente entre ambas figuras.

Pero las críticas de Kirchner no se detuvieron allí. La expresidenta fue más allá y acusó a Patricia Bullrich de tener intenciones deliberadas de desestabilizar el clima social. Según sus palabras, la ministra de Seguridad busca “provocar caos y conflictos en la sociedad” con sus acciones y decisiones. Esta imputación de intencionalidad busca posicionar a Bullrich como una figura desestabilizadora, que deliberadamente atenta contra la paz social.

Las declaraciones de Cristina Kirchner no solo elevan la temperatura del debate político nacional, sino que también recalientan una de las rivalidades más encarnizadas de la política argentina. La dureza de sus palabras, la mención de los gobiernos que integró Bullrich y la acusación de buscar el caos, configuran un ataque frontal que seguramente tendrá respuesta y marcará la agenda de los próximos días, profundizando la polarización en el país.