El gobierno de Neuquén, bajo la gestión de Rolando Figueroa, sumó un nuevo eslabón a su estructura, en una designación que rápidamente encendió las luces de alerta en el ámbito político provincial. Se trata de Carlos “Beto” Vivero, un exlegislador del Frente de Todos con trayectoria en el kirchnerismo, cuya incorporación al Gabinete fue oficializada a fines de mayo mediante el Decreto 626/2025, otorgándole la categoría AP6. Vivero asumió el cargo de Coordinador de Enlace Territorial en la Secretaría de Desarrollo Comunitario de Áreas Rurales e Inclusión, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres.
La particularidad de este nombramiento reside en la historia reciente y los antecedentes discursivos de Vivero. En diciembre de 2022, cuando se analizaba una posible convergencia entre el Partido Justicialista y Rolando Figueroa —en ese momento todavía parte del MPN—, “Beto” Vivero se había posicionado como un férreo opositor a Figueroa. En declaraciones a la prensa de aquel entonces, el ex diputado nacional no dudó en calificar al actual gobernador como el “responsable de la situación que atravesaba la provincia”, aludiendo a sus décadas de funciones dentro del Movimiento Popular Neuquino (MPN).
Las críticas de Vivero fueron explícitas y detalladas. “Figueroa ha sido intendente de Huinganco, intendente de Chos Malal, diputado provincial, vicegobernador, actual diputado nacional por el Movimiento Popular Neuquino y ha ostentado todos los cargos partidarios posibles en los últimos treinta años, sin olvidar que fue el secretario de Juventud, de Jorge Sobisch, secretario estrella… No puede tener respuestas a lo que él mismo ha sido responsable de generar”, declaró Vivero públicamente, según registros periodísticos de la época. Estas palabras, que hoy cobran una nueva resonancia, contrastan fuertemente con su actual rol dentro de la administración que dirige el mismo Figueroa.
La designación de un individuo con un pasado tan explícitamente crítico y de una extracción ideológica distinta a la del actual oficialismo, como es el caso de Vivero, genera un fuerte interrogante sobre la coherencia y los principios políticos en la provincia. Más allá de las estrategias de ampliación de base que pueda buscar el gobierno, la incorporación de figuras con virajes ideológicos tan marcados suele ser interpretada por la opinión pública como una muestra de pragmatismo extremo, donde las convicciones previas se adaptan a las nuevas oportunidades.
La Secretaría de Desarrollo Comunitario de Áreas Rurales e Inclusión, donde Vivero asume funciones, es un área vital para la gestión de políticas sociales en el interior de la provincia. Su experiencia como legislador y su conocimiento del territorio neuquino serán puestos a prueba en esta nueva función, donde deberá articular las directrices del Ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres con las necesidades de las comunidades. Sin embargo, su nombramiento, más allá de la gestión que pueda realizar, ya se ha convertido en un símbolo de los cambios de camisetas que a veces se observan en el panorama político.
La designación de Carlos “Beto” Vivero, por lo tanto, va más allá de un simple ajuste en el Gabinete; es un dato relevante que expone las complejas dinámicas de construcción política en Neuquén y pone el foco en la flexibilidad ideológica de algunos actores. La repercusión de este giro será sin duda objeto de análisis y comentarios en los próximos días en la provincia.