Este colosal instrumento, conocido por sus siglas en inglés ELT, contará con un espejo principal de 39 metros de diámetro, el de mayor tamaño jamás fabricado. Su ubicación estratégica en el desierto de Atacama, a más de 3.000 metros de altura, se debe a las condiciones atmosféricas inigualables de la zona, que ofrecen cielos claros y estables. Estas características son fundamentales para la observación astronómica de vanguardia, minimizando las interferencias y maximizando la claridad de las imágenes capturadas desde la Tierra.

El ELT no solo será notable por sus dimensiones. Su diseño incorpora una tecnología de punta, compuesto por 798 segmentos hexagonales que, una vez perfectamente alineados, permitirán capturar 13 veces más luz que los telescopios ópticos actuales. Además, será capaz de observar objetos celestes 25 veces más pequeños de lo que hoy es posible. Una de sus innovaciones clave radica en su sistema de óptica adaptativa, diseñado para corregir en tiempo real las distorsiones generadas por la atmósfera terrestre, logrando así una nitidez comparable a las imágenes obtenidas desde el espacio, e incluso superando en ciertos aspectos a telescopios como el Hubble o el James Webb.

Los objetivos científicos del ELT son ambiciosos y variados. Entre ellos, se destaca el estudio detallado de exoplanetas, la observación de galaxias extremadamente distantes para comprender la evolución del universo, y el análisis de los misteriosos componentes del cosmos: la materia oscura y la energía oscura. También buscará arrojar luz sobre el origen y la expansión del universo. Sin embargo, quizás el desafío más fascinante sea el de intentar responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: la existencia de vida inteligente más allá de nuestro planeta.

Este proyecto, liderado por el Observatorio Europeo Austral (ESO), una organización internacional integrada por 16 países, subraya la creciente importancia de Chile y, por extensión, de Sudamérica, como un territorio fundamental para el avance de la ciencia global. La elección de esta región geográfica no solo optimiza las capacidades operativas del telescopio debido a sus cielos prístinos, sino que también posiciona a Latinoamérica en la vanguardia de la exploración espacial, atrayendo talento y recursos para futuras investigaciones astronómicas.

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