El peronismo neuquino intensifica sus encuentros de cara al armado del frente electoral para las elecciones legislativas de octubre, en un contexto de definiciones y reacomodamientos internos. En una de estas intervenciones, que resonó con particular fuerza entre los presentes, el precandidato a diputado nacional, César Godoy, no dudó en señalar los desafíos y riesgos que enfrenta el espacio si no se producen cambios significativos.
Godoy, en un gesto de autocrítica y con la mira puesta en el futuro del movimiento, enfatizó la necesidad de una apertura generacional. “Tenemos que abrir juego a los más jóvenes; no lo digo por mí, y lo vuelvo a decir, no es por mi”, expresó, intentando despersonalizar su propio planteo para darle mayor peso a la demanda de renovación que, según él, emana de las bases. Esta observación apunta a un reclamo extendido dentro de distintos sectores políticos sobre la falta de renovación de cuadros.
La intervención del precandidato se tornó más cruda al abordar la situación de las actuales representaciones legislativas del peronismo. Godoy advirtió sobre el peligro inminente de perder posiciones clave: “y venimos a decir que los diputados que hoy tenemos, Pablo, y los dos senadores que tenemos nuestros, corremos el riesgo de perderlos”. Su preocupación es palpable al preguntarse: “¿Piensan que vamos a tener los dos senadores de vuelta en octubre? Con esta situación perdemos todos, y nosotros tenemos que salir a ganar.” Una clara referencia al diputado Pablo Todero y los dos senadores nacionales que actualmente representan al peronismo neuquino.
El diagnóstico de Godoy se fundamenta, según sus palabras, en la percepción directa de las calles y la militancia: “la militancia no va a salir a caminar por los mismos de siempre, eso es lo que se lee en la calle.” Esta lectura evidencia un malestar en las bases que, de no ser atendido, podría traducirse en una baja participación o apoyo en las próximas elecciones, comprometiendo los resultados para el espacio.
En un análisis político que comienza a gestarse en los pasillos de asesores provinciales, se vislumbra una clara tendencia a que la elección de octubre se nacionalice, convirtiéndose en una polarización directa entre el peronismo y el gobierno de Javier Milei. En este escenario, la lectura de Godoy sobre la necesidad de “caras nuevas” cobra una relevancia estratégica. El peronismo puede tener una elección histórica y quedarse con el primer lugar, especialmente si la situación económica nacional no mejora de acá a octubre.
Este planteo cobra aún más peso al considerar la combinación de factores: una elección nacionalizada entre el peronismo y Milei, la imagen del gobierno provincial que, según encuestas recientes de Dyc Consultoría (https://www.instagram.com/dyc_consultoria/), no es buena, y un descontento general en la población que inclinaría a la provincia hacia el peronismo. La clave, según estas lecturas, estará en el respaldo de las estructuras de peso dentro del armado provincial del peronismo: en conclusión, si dirigentes de la talla de Ramón Rioseco y Oscar Parrilli cargan sobre sus estructuras toda su experiencia y liderazgo, en apoyo a los candidatos renovados del peronismo, darán el batacazo en octubre.