Fe, devoción y esperanza.

Miles de fieles celebran a San Cayetano en todo el país.

Fieles peregrinando en las afueras de la iglesia de San Cayetano en el Día del Pan y el Trabajo. Misa a San Cayetano.

Cada 7 de agosto, miles de personas se congregan en templos de Argentina para honrar a San Cayetano, el patrono del pan y del trabajo. La devoción, que nació en Italia en el siglo XV, se arraigó con fuerza en nuestro país, convirtiéndose en un símbolo de esperanza en la búsqueda de sustento, salud y paz para las familias.

Buenos Aires, 7 de agosto de 2025 – Como cada año, la devoción por San Cayetano se manifiesta con fuerza en distintos puntos de la Argentina. Desde las primeras horas del día, miles de fieles se acercan a los santuarios para agradecer o pedir al santo que interceda por un empleo digno y el alimento en la mesa. La popularidad de esta figura, cuyo nombre real era Cayetano de Thiene, tiene una historia profunda que se remonta a Europa y se consolidó en nuestro país durante el siglo pasado.

​La historia de Cayetano de Thiene, el “Padre de la Providencia”

​Cayetano de Thiene nació en Vicenza, Italia, en 1480, en el seno de una familia de la nobleza. Estudió derecho y teología, y a los 35 años fue ordenado sacerdote. A pesar de su posición social, optó por una vida de austeridad y caridad, dedicándose por completo a la ayuda de los más necesitados. Preocupado por la situación de la Iglesia en su época, fundó la Orden de Clérigos Regulares, conocidos como Teatinos, junto a otros religiosos. Esta orden se caracterizó por su profunda pobreza, negándose a pedir limosnas y viviendo de la Divina Providencia.

​Cayetano dedicó su vida a asistir a los pobres y enfermos, y se le atribuyó una profunda confianza en la providencia de Dios. Falleció el 7 de agosto de 1547 en Nápoles, y fue canonizado por el Papa Clemente X en 1671. Su legado de fe, entrega y servicio a los más desfavorecidos sentó las bases de la profunda devoción que hoy se extiende por diversas partes del mundo, aunque con una particularidad en Argentina.

​De Italia a la Argentina: El patrono del pan y del trabajo

​Si bien en otras partes del mundo San Cayetano es conocido principalmente como el “Padre de la Providencia”, su vínculo con el pan y el trabajo se consolidó con especial fervor en Argentina. Esta tradición se popularizó en la década de 1930, en un contexto de profunda crisis económica. Fue el párroco Domingo Falgioni quien, en el santuario de Liniers, impulsó la imagen del santo con un niño Jesús y una espiga de trigo, simbolizando la esperanza de sustento diario y empleo. Desde entonces, miles de personas acuden cada año con una espiga en la mano para pedir y agradecer.

​Las celebraciones más populares

​El epicentro de la celebración de San Cayetano en Argentina es el famoso Santuario de Liniers en la Ciudad de Buenos Aires. Cada 7 de agosto, las calles aledañas se llenan de fieles que peregrinan durante horas para llegar al templo, formando una de las concentraciones religiosas más importantes del país. Sin embargo, la devoción se replica en otras provincias, como Mendoza y San Luis, donde también se llevan a cabo misas y procesiones multitudinarias.

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