NEUQUÉN, 17 de agosto de 2025 — Un estudio científico, cuyos hallazgos han confirmado lo que muchos intuían, demuestra que pasar tiempo en la naturaleza no solo nos relaja, sino que también tiene un impacto directo y significativo en nuestra capacidad cognitiva. La investigación, realizada con 38 estudiantes de la Universidad de Míchigan, reveló que caminar por un entorno natural mejora notablemente la atención y la memoria de trabajo.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores dividieron a los estudiantes en dos grupos. Al primero se le pidió caminar por un espacio natural, mientras que el segundo grupo recorrió un entorno urbano concurrido. Ambos grupos realizaron una prueba de memoria antes y después de su respectiva caminata. Los resultados fueron contundentes: si bien la caminata por la ciudad mejoró ligeramente el rendimiento de los estudiantes, el grupo que se expuso a la naturaleza vio su puntuación aumentar en casi un 20 por ciento. Una semana después, al intercambiar las rutas, los resultados se replicaron.
Estos hallazgos plantean la pregunta sobre los mecanismos detrás de este fenómeno. Los expertos sugieren que los entornos naturales permiten una “atención involuntaria” que no requiere esfuerzo, a diferencia de los entornos urbanos, donde la mente está constantemente bombardeada por estímulos que exigen una “atención voluntaria” y que, a largo plazo, resultan agotadores. Esta investigación se suma a un creciente cuerpo de evidencia que busca entender la profunda conexión entre el medio ambiente y la salud mental, ofreciendo una razón científica para promover el tiempo en espacios verdes como una forma de mejorar la función cerebral.
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