Neuquén vuelve a ser epicentro de un descubrimiento paleontológico de magnitud. En el yacimiento El Orejano, ubicado en la Comarca Petrolera, fue hallado el esqueleto parcial y articulado de un dinosaurio saurópodo, bautizado como Astigmasaura genuflexa. El hallazgo, datado en más de 95 millones de años, es de vital importancia científica por la singular preservación de sus restos, que incluyen parte de la cadera, las dos patas traseras casi completas y una secuencia inédita de 20 vértebras de la cola.
La fascinante historia del Astigmasaura genuflexa comenzó en 2014 de forma fortuita. Según relató el propio paleontólogo Flavio Bellardini, investigador que participó del descubrimiento, los trabajadores petroleros César Mavellini y Nicolás Márquez, de YPF en El Orejano, fueron los primeros en encontrar “unas astillas” de hueso durante una de sus pausas. Al día siguiente, con un pincel, descubrieron “parte de la pata trasera de un dinosaurio”.
Este primer contacto llevó a los trabajadores a contactar al paleontólogo Juan Canales, del Museo Bachmann de Villa El Chocón, quien corroboró el hallazgo. Los fósiles se encontraban in situ, es decir, aún dentro de la roca portadora. La cadena de comunicación continuó hasta la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural, donde Flavio Bellardini constató la “relevancia científica” del descubrimiento: parte de la pata articulada de un saurópodo indicaba que “seguía el material, seguía el esqueleto adentro de la roca”.
La emoción del equipo fue palpable, según expresó Bellardini, tras ser consultado de que sensaciones experimentaron al darse cuenta de la magnitud del del hallazgo, el paleontólogo respondió, “Obvio que estábamos recontentos, porque en el lugar estábamos trabajando desde el 2017. Ya eran unos años que íbamos a recorrer esta zona y nunca habíamos encontrado nada más que astillas, nada más que algún hueso metido, muy mal preservado”. Este dinosaurio de 95 millones de años aparte de ser visto por Cesar y Nicolas, eramos los primeros humanos que estaban viendo éste animal, así que estabamos muy emosionados.
La excavación del Astigmasaura genuflexa implicó más de cinco campañas paleontológicas, con los equipos acampando junto a la excavación o en bases de YPF. Los desafíos fueron enormes: desde “días de viento” y “calores muy fuertes” hasta la dureza extrema de la arenisca consolidada de la Formación Allen donde se encontraban los fósiles. Fue necesario trabajar con martillos neumáticos y cortadoras de roca para extraer los “mechones de más de 500 kilos”, asegurando la integridad de los huesos para su traslado al Museo del Rincón de los Sauces.
La singularidad del “dinosaurio arrodillado”
El nombre Astigmasaura genuflexa fue elegido en recuerdo al “evento trágico” que sufrió el animal hace 95 millones de años. Su pata quedó dispuesta “como la carcasa, porque se murió, se apoyó en esta islita” en el medio de un antiguo río, lo que permitió su excepcional preservación.
Este rebaquisáurido es un hallazgo clave, a pesar de que se conocen más de 15 especies en el mundo y más de 10 en Sudamérica. Es la primera vez que se encuentra articulada la “mitad trasera casi prácticamente completa”, incluyendo la secuencia de 20 vértebras caudales y las dos patas con sus pies. Esto permitirá a los científicos estudiar “cómo caminaban estos animales, cuán diferentes eran uno del otro, qué tipo de patas tenían, si eran robustas, esbeltas, cortas, largas”. Los “dedos muy desanchados, muy expandidos” de sus pies sugieren posibles adaptaciones a ambientes húmedos o charcos.
Fuente: Imagen sumintrada por Flavio Bellardini.
El Astigmasaura es uno de los últimos rebaquisáuridos conocidos. Su estudio podría ayudar a comprender “por qué algunos animales se extinguen y otros no”, especialmente en un período de grandes cambios climáticos, la apertura del Océano Atlántico y la aparición de las plantas con flores.
Los materiales del Astigmasaura genuflexa se encuentran en el Museo del Rincón de los Sauces, donde parte del equipo se dedica a su preparación para exhibición. Bellardini invitó a visitar el museo, al que describió como “uno de los más completos y más lindos de Neuquén”, destacando el creciente rol de Rincón de los Sauces en la paleontología regional y sudamericana. Se planean futuros estudios de histología y tomografía para reconstruir la musculatura y patologías del dinosaurio.
Finalmente, Bellardini envió un mensaje a las nuevas generaciones, reconociendo las dificultades de financiamiento y apoyo en la ciencia, pero enfatizando que la “pasión que te empuja a buscar los restos de la vida pasada sobre la Tierra” no tiene precio, y que a pesar de los desafíos, se “van dejando unos granitos de arena en todo este gran objetivo”.
Fragmento de audio de nota realizada al paleontólogo Flavio Bellardini.
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Esta nota fue elaborada a partir de fuentes verificadas, basadas en una entrevista grabada y el testimonio directo del paleontólogo Flavio Bellardini, investigador que participó del descubrimiento. AiresNuevosNQN se ampara en la Constitución Nacional, la Ley 26.032 y tratados internacionales que garantizan la libertad de prensa y el derecho a informar sobre asuntos de interés público.
