Argentina se enfrenta a una compleja realidad social y económica, donde la persistencia de altos índices de pobreza e indigencia convive con un incipiente repunte en algunos indicadores de actividad. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reveló que, durante el segundo semestre de 2024, el 38,1% de la población, equivalente a más de 11,3 millones de argentinos, se encontraba en situación de pobreza monetaria.

Esta cifra se vuelve aún más tangible al considerar el costo de vida. Para el mes de junio de 2025, un hogar compuesto por cuatro integrantes requirió de $1.128.398,01 para cubrir la Canasta Básica Total (CBT) y, de esta manera, no ser considerado pobre. La distancia entre esta cifra y los ingresos promedio de gran parte de la población subraya la dificultad para acceder a las necesidades básicas.

La problemática se agrava al observar los datos de indigencia. El 6,4% de los hogares y el 8,2% de las personas (más de 2,4 millones) no lograron cubrir siquiera la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca el umbral de la indigencia, lo que significa que sus ingresos ni siquiera les alcanzan para adquirir los alimentos esenciales.

Este escenario social se da en un contexto de inflación persistente, aunque con señales de desaceleración. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de junio de 2025 mostró un aumento del 1,6% mensual, consolidando una baja respecto a meses anteriores. Sin embargo, la inflación acumulada en el primer semestre del año ya alcanza el 15,1%, y la variación interanual se sitúa en un 39,4%. Divisiones como Educación y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles fueron las que mostraron mayores aumentos en junio, ejerciendo presión directa sobre el presupuesto familiar.

El mercado laboral, por su parte, busca recomponerse lentamente. Durante el primer trimestre de 2025, la tasa de desocupación se ubicó en 7,9% en el total de los aglomerados urbanos. Si bien la tasa de empleo alcanzó el 44,4%, la subocupación afectó al 10% de la población activa. En cuanto a los ingresos, el Índice de Salarios de abril de 2025 mostró un incremento mensual del 3,4%, con un aumento interanual del 74,3%. No obstante, la comparación con la inflación anual sugiere que el poder adquisitivo sigue siendo un punto de tensión para gran parte de los trabajadores.

A pesar de estos desafíos sociales, la economía mostró signos de recuperación en otros indicadores. El Producto Bruto Interno (PBI) registró un crecimiento interanual del 5,8% en el primer trimestre de 2025, y el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de abril de 2025 aumentó un 7,7% interanual, lo que sugiere una reactivación. La producción industrial manufacturera también mostró un incremento del 5,8% en mayo. Sin embargo, la balanza comercial, aunque superavitaria en mayo con 608 millones de dólares, sigue de cerca los vaivenes de las exportaciones e importaciones.

En suma, los datos recientes del INDEC dibujan un panorama complejo: mientras algunos indicadores económicos muestran un incipiente repunte, la realidad de la pobreza y la necesidad de ingresos cada vez mayores para cubrir las necesidades básicas se mantiene como uno de los principales retos a enfrentar por la sociedad argentina.

Esta nota fue elaborada a partir de fuentes verificadas y públicas proporcionadas por el INDEC. AiresNuevosNQN se ampara en la Constitución Nacional, la Ley 26.032 y tratados internacionales que garantizan la libertad de prensa y el derecho a informar sobre asuntos de interés público.